lunes, 25 de julio de 2011

Un australiano coronado en París


Cadel Evans se ha proclamado vencedor de un Tour de Francia disputadísimo en las últimas etapas. A ambos lados del podio se colocaron los hermanos Schleck, que quizá pecaron de poco ambiciosos en los Pirineos, y a veces el exceso de cautela se paga. Andy se hizo con el jersey amarillo en Alpe d’Huez, pero poco le aguantó. La crono del sábado demostró que, al menos mentalmente, el australiano estaba más fuerte que él. Al final segundo en la general para el menor de los hermanos. Frank hizo un tercero muy discreto, como casi toda la carrera que ha hecho durante estas tres semanas.

El de BMC se lo ha merecido, sí, a pesar de lo poco vistosa que pueda resultar su forma de correr. Aguantó como un jabato en Galibier el jueves. Se quitó el antifaz de corredor que siempre va a rueda para hacer una última subida épica tirando del grupo en solitario para recortarle dos minutos a Andy Schleck en la línea de meta, que había protagonizado una escapada impresionante durante los últimos 60 kilómetros. En Alpe d’Huez también se puso el mono de trabajo para evitar, de nuevo, que los Schleck salieran con demasiada ventaja de cara al sábado.

La jornada de la crono se presuponía cardiaca y apasionante. Nada más lejos de la realidad. Un Evans inspirado y muy fuerte de piernas demostró en el primer punto kilométrico que los 57 segundos de los que disponía Andy no serían nada para él. Etapa asombrosa por la pasividad pasmosa con la que el luxemburgués veía cómo se le escapaba otro Tour, y por la garra que desmostró el australiano. A nadie se le podrá olvidar la expresión mezcla de alegría y sollozo que tenía Evans cuando el sábado vistió la malla amarilla por primera vez, sabedor ya de que ganaría el Tour de Francia 2011. Merecido paseo por París.

Hay quien habla de decepción en nuestro ciclismo por la no presencia de Contador en el podio final. Nada de eso. A Alberto le dio un pajarón tremendo en los últimos kilómetros de la etapa del Galibier y perdió una suma de tiempo considerable. Tan abultada que la victoria final en la general se antojaba imposible. No obstante, el de Pinto no se dio por vencido y en Alpe d’Huez lanzó una escapada a 90 kilómetros de la línea de meta que puso en jaque la imagen de las grandes figuras de este Tour. Ni Evans ni los Schleck fueron capaces de seguir a un Alberto Contador enrabietado. Al final, cuando la opción de victoria de etapa se rifaba entre un espectacular Samuel Sánchez, Alberto Contador y el francés Pierre Rolland, la falta de fuerzas impidieron que España viviese una jornada épica en los Alpes. El que luego ganaría la clasificación de los jóvenes se impuso por piernas en el último kilómetro. El sábado Alberto también estuvo fino, aunque quizá no lo suficiente para poder disputar una etapa que al final se llevo el alemán Tony Martin.


Al final, clasificación de la montaña, extrañísima, para Samuel Sánchez. El de Euskaltel ha firmado una muy buena ronda gala. Presente en todas las etapas importantes, llegó incluso a estar en los primeros puestos en la crono del sábado. La regularidad ha ido a parar al palmarés de Mark Cavendish. Jose Joaquín Rojas bien pudo haberse alzado con este premio, de no ser por el indulto que la organización hizo con más de la mitad del pelotón en Galibier, al llegar con exceso de tiempo por encima del permitido. De los jóvenes el mejor fue Pierre Rolland. Astuto y precavido, al francés le espera una larga carrera como ciclista de la que esperamos disfrutar. De momento ya puede presumir de haber ganado en Alpe d’Huez en 2011. Por equipos ganó Garmin.


Bonito Tour, en líneas generales. Accidentado al principio y emocionante al final. Hasta las últimas etapas no se decidió nada, siempre hubo algo en juego, y eso se agradece. Suena cruel, pero da gusto ver sufrir y pelear a los ciclistas encima de sus bicicletas.

Saludos en tinta

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