jueves, 9 de diciembre de 2010

Todas las Canciones Hablan de Mí, de Jonás Trueba

Película que gira en torno al tema del amor, pero esta vez bajo la premisa de un chico que trata de olvidar a chica, en una historia bastante más difícil de sobrellevar, sobre todo cuando la chica de la que te acabas de separar vuelve una y otra vez en cada uno de los recuerdos de tu vida pasada y tienes la sensación, como dice Jonás, que "todas las canciones de amor hablan de ti". (FILMAFFINITY)

(Cartel de la película)

Pintaba a pastelada, película al estilo comedia romántica que no te dice nada, pero parece ser que no estaba del todo acertado. La película que dirige el joven hijo de Fernando Trueba, escrita por el ya mencionado Jonás Trueba junto a Daniel Gascón, demuestra que se puede aportar otro punto de vista a una película con un tema tan típico.


La historia de Ramiro (Oriol Vila) trata sobre un joven que rompe su relación de pareja después de seis años y de haber compartido hogar con Andrea (Bárbara Lennie), su ex. Entre las relaciones que mantiene con sus amigos, entre los que destaco el papel de Lucas (Bruno Bergonzini), y su familia (su madre, su abuela y su tío, para el que trabaja en una librería) se desarrolla este film ambientado en Madrid. Una constante búsqueda de la propia identidad y el rumbo que, no es que te deje indiferente, pero tampoco aporta nada nuevo en lo que a literatura se refiere.

Sin embargo, sorprende la capacidad del director para hacer de un argumento sencillo y  de una historia cotidiana una película fuera de lo común. Una comedia romántica, sí, pero con detalles que hacen de esta cinta algo no tan normal, algo peculiar. Por ejemplo, la existencia de una "voz en off" o narrador (interpretado por el propio Jonás Trueba) que rompe las reglas del narrador en tercera persona. No es omnipresente, ni omnipotente. No introduce ni concluye la historia. Ni siquiera es un elemento constante, símplemente aparece cuando cree que tiene que aparecer, y eso se agradece.

A nivel técnico, también destacar el empleo de la cámara como un elemento importante en el desarrollo de la hisotoria. Los actores tienen que mirar a cámara durante sus diálogos, y hay que mencionar que esto es más difícil que no hacerlo. Por eso aplaudo desde aquí el trabajo de intérpretes y director para conseguir de todo esto un resultado satisfactorio.

(Oriol Vila y Bárbara Lennie en un fotograma de "Todas las Canciones Hablan de Mí")

Intentando mezclar los tópicos más antiguos sobre el amor, con algo de la actualidad, puede parecer incluso que la película resulta atemporal. Lejos de esta idea, según explicó el propio director después del preestreno, se quería conservar la idea del amor desde el punto de vista tradicional, pero no hacer de esto algo pasado de moda. Una aportación nueva al "tema por excelencia" en el mundo del arte.

Destacar también la banda sonora, muy ecléctica, elegida perfectamente para cada momento de la historia, sin tener en cuenta una utilización de un estilo en concreto, ni de una separación exhaustiva. Cada canción representa lo que se pretende reflejar, y hay que centrarse sólo en eso, independientemente del estilo del que provenga.

(Jonás Trueba)

El director y el coguionista dicen que se trata de una película de amor desde un punto de vista un tanto clínico, y no les falta razón. No es una pastelada de las que te hacen llorar. Alegría y tristeza son tratadas desde una distancia perfectamente escogida para que se pueda tener una visión lo suficientemente necesaria para entenderlo sin sentirlo y hundirse en la butaca. Ahí me parece sublime.

En resumen, y para concluir, aportar como puntos positivos, para recalcarlos, el uso de un narrador atípico, la elección de los actores (en especial Bruno Bergonzini como secundario), el empleo de la música, y cómo se retrata la ciudad de Madrid. Pero sobre todo, la distinción con respecto al tradicional punto de vista desde el que se trataba al amor.

Como puntos negativos, que literariamente no aporta nada nuevo, se trata de un tema muy común, y por eso puede que la gente se muestre reticente para ir al cine a verla. Espero que el apellido Trueba condicione al público para ir a verla.

Saludos en tinta.

1 comentario:

  1. Un diferente punto de vista del tema del amor. Ya sólo con eso me convences para verla.
    La verdad es que tiendo a rechazar películas de amor no porque el tema me disguste, sino porque estoy cansada de películas en plan 'El diario de Noa' (aunque respeto a quien le pueda gustar), así que siempre que encuentro un buen enfoque del amor (o por recomendación o por descubrimiento) me alegro.
    Además, me encanta cuando los personajes miran directamente a la cámara y lo hacen bien jaja.

    Ya te comentaré qué tal ;)

    ResponderEliminar