martes, 30 de agosto de 2011

Los astros del esperpento

Leo en un blog de elmundo.es un artículo bastante bueno sobre una estafa millonaria llevada a cabo por una familia de videntes estadounidenses, los Mark, que se han embolsado en los últimos veinte años la friolera de casi 25 milloncetes de euros (4.159.650.000 pesetas). ¿Cómo? Muy sencillo. Llevaban a cabo sus triquiñuelas y sus artes de predicción o buena dicha a cambio de cierto desembolso económico. Si su "brujería" surtía efecto, le devolvían a su cliente todo el dinero, joyas y posesiones que este les hubiese prestado en concepto de "fianza". Si sus predicciones o conjuros no eran útiles se lo quedaban, para seguir pidiendo a cambio de más actuaciones mágicas con la promesa de que todo saldría bien y podrían recuperar lo invertido. Casi nada. Y así durante dos décadas, gente (famosos incluídos) gastándose el dinero en unas artes mágicas bajo una cláusula de devolución que nunca se cumplía.


¿No era evidente el pestazo a estafa del negocio en cuestión? ¿Qué nivel de desesperación sufrían los pobres diablos que acudían a esta gentuza para intentar buscar una salida a su desdichadas vidas? Efectivamente, sí, estos magnates de la astrología se aprovechaban de la desesperación. Pero entrando un poco más en materia, es inevitable ir más allá de la familia Mark. Es necesario ampliar este análisis a todos los videntillos, brujos, brujillas, curanderos, tarotistas y astrólogos que circulan libremente por la televisión y la geografía mundial.

Sin ir más lejos, en España sufrimos la terrible presencia de programación de este tipo, extensísima en la parrilla televisiva. Canales secundarios de la enredadera TDT, o entidades privadas como La Sexta dedican muchas de sus horas nocturnas a la emisión de "las habilidades" de videntes y astrólogos de toda clase. Es más, existen hasta cadenas dedicadas exclusivamente a estas "artes". ¿Un ejemplo? Astro TV.

 Video cómico mezclado por el programa APM? en el que se aprecia la "magia" de uno de los videntes de Astro TV.

En este canal podemos presenciar las excelentes predicciones de grandes de la adivinación como Sandro Rey o La Dama Blanca. Por mucho que estos tipejos "la caguen", la gente sigue tirando de bolsillo para gastar unos euretes en una llamada en busca de la paz interior, y las grandes estrellas de este mundillo como si nada, llenando su monedero plácidamente. La probabilidad de acierto aumenta o desciende en función de lo receptiva que sea la persona que llama y de la puntería del vidente en cuestión. Bienvenidos al teatro de lo extravagante, esto es el esperpento.

Realmente, ya no sé si son peores los videntes o los empresarios que permiten esto en sus canales. Por darle un poco de tregua al asunto, hay que decir que no todos son unos aprovechados y desvergonzados estafadores. Como podemos leer en el artículo con el que abría esta reflexión, hay quien no se dedica a esto por engañar a la gente en pro de su enriquecimiento, sino que de verdad se creen que lo que hacen es cierto.Aunque bueno, el enriquecimiento a costa de las desgracias ajenas sigue estando ahí. De nuevo, no acierto a averiguar si con esto se llega a tocar lo más grave de este asunto. ¿Es peor estafar a sabiendas o hacerlo inocentemente creyendo que realmente haces el bien? Me temo que no tengo respuesta.

Kike Martín

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